EL DOCTOR CADENA
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Aquellos ayeres.
Al centro de una de estas dos fotos domingueras,de zarakov y una tachita, vemos al coronel revolucionario Eduardo Juárez, quien coordinó el primer reparto de tierras para la fundación de Colonia Lázaro Cárdenas, municipalidad de Meoqui, cuya historia está muy ligada a la historia de Delicias.
La toma es de 1937, los derechos de autor son de los descendientes del profesor Armando Navarrete, el gusto nuestro al poder remitirlo a usted hacia años tan lejanos, matando dos pájaros carpinteros de un tiro: darle a conocer un trozo del pasado y hacer que por unos minutos deje de quejarse tanto del calorononón.
Si cree que huele a pólvora, tranquilo.No piense que llegó la Guardia Nacional.
Es la foto la que huele así.
Los acompañantes del coronel Juárez hacía poco que habían dejado las armas luego de tanto echar balazos en los campos de la muerte del sangriento dios Marte, en los campos de la muerte de de la Revolución Mexicana.
Ya pacificados, olvidaron rencores y agravios y sin fijarse en los bandos en que habían militado, decidieron mutar los rifles, las fuscas y los cañones por azadones, palas y talachos, disponiéndose a trabajar en santa paz.
Fue así que, sobre grillas, amenazas y dicterios non gratos, aunque no tan ingratos como los que usa ahora cualquier chamaco u chamaca, localizaron su tierra prometida y entre grillas, amenazas y dicterios,
lograron que les fuera autorizado el reparto de 5 mil hectáreas para la agricultura y para la fundación del asentamiento humano que sería su hogar.
La intervención de Lázaro Cárdenas fue decisiva para que se cumpliera su anhelo, de ahí que, en agradecimiento al político michoacano, le pusieron su nombre y apellido al lugar donde vivirían, derecho que se habían ganado a punta de plomazos.
En la otra fotografía, también del 37, vemos al alumnado de la Escuela Primaria Federal 305, igual bajo la nombradía de la Efigie de Jiquilpan, como también le decían al celebérrimo Tata Cárdenas.
Les comentaba que cardenenses y delicienses tenemos mucho en común.
Si ven una foto aérea de allá, estarán viendo el trazo de aquí, de allá llegaron los Pineda, de los boticarios pioneros, de aquí les mandamos hace mucho a Roberto Cadena, no el esposo de Luly y gran cátcher, sino el apostólico médico que cura a una cuadra de la Plaza y que está pendiente de que cuando se ofrezca un rait, sale en bata blanca a auxiliar al desprotegido.
Chal para rato.
Enmarca la marcha la frondosa, la verde, la fresca Alameda Delicias, que abarcaba lo que hoy es conocida como Zona de Hospitales.
En estos meses de calorones extremos, un espacio así sería un lujo, un real oasis, un protector solar masivo y gratuito.
Autor: Carlos Gallegos
Fuente: laopcion.com.mx
manuelgandaras@gmail.com
MSGR
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Por: Dr. Fernando A Herrera Martínez |
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