SOTA, CABALLO Y REY
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Previas de Meoqui, una fea caricatura
Sin léxico, escaso, ofensivo
Ya mero deciden en el PRI
Por: Dr. Fernando Herrera
En el PRI se encarrilan los trabajos para elegir al nuevo Consejo Estatal en los próximos días, todo indica que ya se le acabó el tiempo al Delegado Moreno Peña, y que la autoridad nacional de ese partido ya le puso fecha al tema de renovación del Consejo y de todo el CDE. De todos los aspirantes, pareciera que los dos finalistas son Ricardo Boone Salmón y Omar Bazán, aunque a los demás se les puede mover una patita, se dice que todo está entre estos dos jóvenes políticos comprometidos con el PRI bueno y que serían los indicados para separarse, deslindarse y dejar de lado a todos los que representan al PRI malo. Un paso que no se ha dado, porque deslindarse, como partido, de las tropelías cometidas, es algo que está muy atrasado. Urge que se haga el trabajo por parte del de Colima.
La pobreza argumental del Presidente del CEN del PRI, Enrique Ochoa, reclamando el triunfo a los azulillos, con un bagaje acumulado en las campañas de auto flagelo, dimes y diretes que rayaron en lo escatológico, deja en claro, en opinión de muchos priistas, que Ochoa Reza no cumple con el perfil, que no da la talla para dirigir una campaña presidencial, como la de 2018. Su Salida es comentada en todos los ámbitos del país. Aunque nadie le resta algún pequeño mérito por el resultado en Edomex. Por otro lado habrá que ver cómo resulta todo lo de Coahuila, porque de entrada se observa seguridad en el candidato, que se declara ganador, por parte del PRI, con el respaldo de Rubén Moreira, quien es un lobo con piel de lobo y que subestimaron todos sus competidores, salvo su hermano, que, dicho sea de paso, hizo el jale que le encargaron, aunque se fue grande en epítetos escatológicos y groseros por demás contra su hermanito. A Chihuahua le urge empezar a trabajar, el tiempo corre en contra de todos y el que no lo entienda así ya empezó mal.
Ayer me tocó la de malas en Meoqui, tuve necesidad de ir a la oficina de averiguaciones previas donde los primeros 25 minutos nadie me vio, ni me quiso ver. La secretaria estaba en el teléfono atendiendo a alguien que le reclamaba alguna deuda, por lo que duró atendiendo o escuchando a quien estaba del otro lado de su línea celular ese tiempo. Tuve la osadía de asomar la cabeza a otras áreas y alcancé a ver a tres personas, todas mujeres, manipulado su celular, sin personas frente a ellas; es decir, solas. Rato después entraron dos o tres abogados pero la calma chicha, en un ambiente sucio, sin aire, con malos olores siguió. Comentamos con algunos de los abogados qué pasaba ahí, a lo que sólo dijeron: así es aquí, es la muerte, debes dedicarles todo el día para cada trámite, y a veces, al término de su jornada, sólo te avisan que reprograman porque ya no alcanzaste. Algo pasa en esa oficina, la dama que ocupa esa jefatura no se preocupa ni se ocupa de los asuntos y pareciera que ahí todo camina al ritmo que cada secretaria decide. Por cierto, la gente que estaba esperando muy acomodada en las derruidas sillas, al parecer, ya acostumbrados a la larga espera sin que nadie les hable, les pregunte a qué van o qué se les ofrece. Salí de ahí, luego de 45 minutos sin que nadie supiera a qué fui, ni qué demonios pretendía de tal oficina de gobierno. Afortunadamente, le eché concha, y me dije: no te molestes, ellos ganaron, ellos ocupan ahora los lugares y ellos deciden cómo se portan con la ciudadanía, apechuga y vuelve si te interesa el asunto o abandónalo y pierde, aunque tal vez, podrías contratar a uno de los abogados hechos a ese ritmo y dejar el asunto en sus manos. Al final optaré por una de esas dos: voy otra vez y aguanto la vara con la larga espera, o le encargo el tema a algún litigante que me eche la mano.
En Meoqui es una caricatura trágica la oficina de averiguaciones previas.
¿Qué lástima?
fernandoherrera1956@hotmail.com
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Por: Dr. Fernando A Herrera Martínez |
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