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Sota, Caballo y Rey
Adiós señora Presidenta.
Me gana el hígado con el copetón
Murió la señora presidenta, Gonzalo Vega, un gran actor al que tuve el gusto de saludar y conversar con el un par de veces.
Era una persona enigmática y llena de atractivos que inspiraban confianza; de alguna manera lograba que la gente confiara en él. RIP. Donald Trump explotó, las encuestas demoledoras lo hicieron dejar fuera las formas y ahora reniega de la gente que dirige el partido al que representa en la contienda presidencial. Hilary Clinton lo ha dejado muy atrás en los números que muestran las inferencias estadísticas de todas las empresas que levantan ese tipo de mediciones entre la sociedad. La brecha entre ellos tiene tal amplitud que se piensa que el tercer debate será de trámite, con un Donald Trump derrotado por sí mismo, con su comportamiento histórico, porque no ha sido sólo en la campaña que ha dicho las barbaridades que ya sabemos sino que toda su vida es una tristeza de persona que lo único tiene, como lo dije ayer, es dinero, pero que carece de cualquier otro valor de los que debemos cultivar en la convivencia los seres humanos. Donald Trump es un hombre soberbio, que ha vivido en la opulencia, que ha sabido ganar dinero y omitir el pago de impuestos, así como abusar de las jovencitas que llenas de sueños e ilusiones se le han acercado y que él se ha aprovechado para satisfacer su placer personal y la lujuria de la que está invadido. No sólo le atrae el dinero y las mujeres, sino que ahora busca el poder para hacer lo que se le de la gana. Ni pensar en que hombres como Trump puedan tener a su disposición un botón que puede propiciar la destrucción de nuestra vida en la tierra. Un hombre irascible, un hombre que habla de más, un hombre que no se pone límites, un hombre que a nadie respeta, un hombre malo, que con su dinero cree que puede comprar al mundo. Hoy los momios le dicen que va a fracasar, que no logrará el objetivo de interponer un muro entre dos naciones, ni entre las familias de uno y otro lado, pero tampoco podrá reducir los intercambios comerciales entre los países de norte américa, creyendo que con restricciones y protección interior se resuelven problemas de carácter global. En fin, no tiene porque saberlo, nunca ha sido un hombre con preparación para pensar en un estado, buscando el beneficio de una sociedad, siempre ha sido un voraz comerciante que se ha beneficiado de una forma de ser ladina que se parece a la inteligencia pero que tiene como diferencia que carece de humanidad, de principio y de cualquier sentimiento que tenga que ver con nuestros semejantes. Clinton saldrá adelante, revisará el tratado y veremos como nos va. Revisarlo ya es malo, para empezar, pero ni hablar, así serán las cosas a partir de enero de año que viene.
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Por: Dr. Fernando A Herrera Martínez |
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