Por: J. M. Rentería
Compártelo en:
El cuento
Hermosa
Por Jesús Manuel Rentería
Ella está ahí, en el mismo sitio desde hace varios meses. Por la proximidad de la navidad viste panties, bra y neglillé en color rojo además de un coqueto gorro de Santa Claus.
La has visto ser una atractiva sexienfermera con cofia, estetoscopio y una minúscula faldita, o bien una sensual agente de policía con kepi , pistola y esposas; o una hermosa colegiala con falda a cuadros y mochila al hombro, medias de red y una blusa escolar blanca anudada un poco debajo de los senos.
Es hermosa de cualquier manera. Te atrae irremediablemente. La miras subrepticiamente cuando piensas que nadie está cerca. Un pequeño grupo de jovencitas estudiantes te sorprenden y al pasar a tu lado escuchas
--sucio, dice una
--depravado, secunda otra.
--cochino, tercia una niña de unos 14 años mientras hace un gesto
no te importa, estás absorto en la contemplación de Ella. Observas como se sonroja, entorna los ojos y entreabre los labios. Una oleada de calor te recorre el cuerpo y te cosquillea el bajo vientre.
Despues de un rato decides hacer el intento de llevarla contigo a casa. Tu condición de soltero te lo permite. Penetras al lugar.
Luego de la negociación con la propietaria por fin la tienes en tu recámara. Ahora no solo llena tus ojos, llena también tus manos. Sin embargo, no es igual, sientes que se ha perdido la magia de observarla “a escondidas”. Se ha perdido la ilusión. Ya no se sonroja ni curva los labios en una deliciosa sonrisa. Ahora es sólo un frío, duro e inerte maniquí. Tomas la decisión de devolverla.
Regresas al establecimiento. La misma propietaria te dice agriamente que no te acepta la devolución porque no puede reembolsarte el dinero que pagaste por Ella.
--No importa – le dices, no quiero que me de el dinero, sólo devuelvame la magia y la ilusión de venir a verla...a escondidas
|
...............................................
...............................................
|
Por: Dr. Fernando A Herrera Martínez |
|