GENIO
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Todos tenemos una personalidad. En ella están el carácter y el temperamento. Con el primero podemos ir mejorando a base de preparación, estudio, socializando; con el segundo poco podemos hacer, pero, por lo menos intentar controlarlo.
El temperamento viene de fabrica; nacemos con el, pero la vida misma, con la experiencia, con el amor, con lo que nos rodea debería ayudarnos a controlar los impulsos.
El carácter se forma poco a poco, conforme vamos creciendo, tomando un poco del temperamento nato para ir moldeando nuestra personalidad.
De cada quien depende como fragua su carácter, sobre todo si está consciente del temperamento que posee; así quien tenga temperamento tranquilo requerirá de mayor fuerza en el carácter, pero quien esté sobrado de temperamento tendrá que asentarlo con el carácter.
La búsqueda de una personalidad que nos agrade, que nos permita sentirnos bien con nosotros mismos es permanente. Nadie puede afirmar que su personalidad está terminada, pues siempre hay y habrá evolución, por lo que la mezcla permanente de temperamento y carácter estará modificando nuestra personalidad por siempre.
Si le sobra temperamento contrólese.
Si le falta temperamento agregue fuerza en su carácter. Si tiene claro de que se trata, tendrá una personalidad que le satisfaga.
La gente con personalidad tranquila tiene temperamento apacible con carácter de seguridad. Pero quien deja que su temperamento lo rebase no tendrá manera de forjar carácter ni personalidad que le salve. Será persona que siempre esté resolviendo cosas. Nunca acaban.
Comentarios con fernandoherreramartinez1956@gmail.com
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Por: Dr. Fernando A Herrera Martínez |
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