LOS BEBÉS
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Cuando nace un bebé, arriban, con él, todas las bendiciones que Dios dispone para quienes se hacen acreedores a la gracia divina de concebir y criar una familia.
Es la realización de una pareja y, sobre todo, de las mujeres que desean tener hijos; no quiere decir que los varones seamos insensibles; ¡claro que sentimos! Pues resulta especial y muy profundo ser padre, es más alcanza el grado de extraordinario; sólo que nunca será comparable la emoción y sentimiento del varón con los de la mujer. Categórico, y cierto; será por naturaleza o por designio divino, pero así es, y tampoco serán comprables, en el camino de la vida, los esfuerzos, sacrificios, dedicación; todo lo que es inherente a ese nuevo ser; por supuesto hay excepciones, pero siempre será más intensa, quizás por la devoción, o por el hecho de poseer el árbol de la vida; la intervención de la madre que la del padre.
Desde luego, sería ideal en un matrimonio, alcanzar la armonía y la convivencia; compartir responsabilidades en la crianza de la familia; emprender una tarea de equipo para criar hijos de excelencia, pero, debo insistir, a riesgo de inmiscuir vida personal, con la idea que guardo, será porque así me tocó con mamá; en que siempre se las ingenian, será por lo persuasivo de las mujeres, pero lograrán convertirse en el eje fundamental de la célula social que conformen.
Las mujeres son y serán, así sea sutilmente, los faros a seguir, y en lo que hace a una familia, indudable que son el eje que une.
Bienvenidos los nuevos bebés de la familia: Emiliano, José Antonio y Fernando Daniel.
P.D. En casa mamá siempre fue la que dijo e hizo todo.
Comentarios con fernandoherreramartinez1956@gmail.com
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Por: Dr. Fernando A Herrera Martínez |
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