LA PROMOCIÓN
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El día 16 de abril del presente año será presentado, en la Quinta Gameros de Chihuahua, Chih., a las 18:00 hrs., un libro que conmemora los 500 años de “El Príncipe” de Nicolás Maquiavelo.
He tenido el honor de ser invitado por uno de sus coordinadores, el Dr. Samuel Schmidt, como presentador. Le comparto, a manera de motivarlo para que vaya, la primera hoja de mi intervención:
Nicolás Maquiavelo a 500 años de El Príncipe
El Príncipe, para algunos, es el origen de la ciencia política, para otros inicia la Teoría del Estado; algunos más sostienen que alberga una teoría del poder, por mi parte creo que contiene, todavía, y más vigente que nunca, la praxis de la política diaria en todos los ámbitos donde hay un grupo humano con objetivos comunes.
El Príncipe deja de lado las consideraciones morales, pero eso no lo inventó Maquiavelo, lo que pasa es que, como todos sabemos, así es el poder; algo que corresponde estrictamente a la condición humana.
A 500 años de la publicación del su obra, Maquiavelo está más vigente que nunca. Este evento contribuye, como muchos otros celebrados en el mundo, a ceñirle una corona por sobre el paso del tiempo.
El Príncipe forma parte de la propia evolución humana, desde el Imperio Romano hasta nuestros días. El libro es atemporal, está escrito como espejo de lo que somos como personas y de cómo actuamos en pos de los objetivos que nos planteamos, sin importar la condición social.
El estado moderno está cimentado en alguna forma en los secretos compartidos por Maquiavelo; nada ha podido impedir su influencia en todos los ámbitos de interacción y convivencia. Sobrevivió los imperios de Portugal, España, Turquía, Francia, Inglaterra, hasta el de nuestra época, pasando por las dos Grandes Guerras Mundiales y la larga Guerra Fría.
El Príncipe sigue de pie, fuerte y vigente, pese a los diferentes sistemas de gobierno, con el descrédito de todos, incluida la democracia; las religiones de extremo impacto; por ejemplo, la escisión de la católica con Lutero, la propagación del Islam y la Guerra Santa, los temas del terrorismo, la globalización implacable, con un largo etcétera.
Nunca nada lo detuvo, por el contrario, acciones extremas como la vesania religiosa que señalaba, en voz del cardenal Pole, que era el dedo del diablo el que escribía, pero sólo lo fortalecieron y le ciñeron laureles cuando llegaron al extremo de colocarlo en el Índice en 1559, ascendiendo a la categoría de diablo mayor. Una especie de santificación que debe haber despertado en Maquiavelo una sonrisa catártica por tan fáustico homenaje.
Este impertinente viajero, cual espejo que nos desnuda, acrecenta la fama de su obra y la gloria a su persona por ideas que se atrevió a escribir y que al leerlas, 500 años después, produce perplejidad y asombro de neófitos. Leer que la sociedad está divida en dos partes asimétricas en número y poder, hostiles entre sí; que la política propicia el milagro de trasmutar el conflicto en cooperación; que la sociedad recompone diferencias por autogobierno; que el autogobierno mixto, mediante sus formas, resulta en el entramado institucional que da lugar al sortilegio.
Comentarios con fernandoherreramartinez1956@gmail.com
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Por: Dr. Fernando A Herrera Martínez |
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