ASÍ SOMOS
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Nada hay que se olvide tan despacio como una ofensa ni tan rápido como un favor.
Estas palabras pronunciadas por el líder Martín Luther King son como una conclusión que surge, que brota, de forma natural, ante las conductas que, de manera permanente, mos
Por ejemplo, un aumento de salario dura la primer quincena el regocijo, pero luego, muy pronto pasa al olvido y regresa la demanda de tener otro mejor salario. El ascenso en el empleo es, también, una fuente de motivación que se tarda tiempo en alcanzar pero muy poco en olvidar.
Un préstamo que hace un amigo a otro es olvidado de manera pronta, máxime si fue debidamente pagado. Pero si no fue cumplido el trato, resulta obvio que a la persona que prestó el dinero no se le olvide, aunque puede que lo consuele pensar que le salió barato el asunto si considera que la cantidad perdida no es mayor.
Pero cuando se trata de un despido, sea la causa que lo haya propiciado, será imposible para el afectado olvidar aquel episodio y, seguramente, guardará rencores para quien lo haya afectado. Un bajón en el sueldo o cambio de puesto a inferior, que no son usuales ni legales, pero que, desafortunadamente, se dan, desde luego jamás será olvidado como afrenta grave.
De cualquier manera, pensemos que cuando alguien habla de nosotros puede ser que por un favor que le hayamos hecho. Si alguien habla de nosotros, cuando le hicimos un favor, imagine usted lo que hablará quien, por algún motivo, haya recibido una mala noticia, ya no digamos un maltrato, hasta involuntario, de parte nuestra.
Si tiene un secreto esto que compartimos, creo que sería: guardar gratitud a quien nos tiende la mano y muy mala memoria hacia quienes nos han hecho daño. Créame, será mejor nuestra vida.
Comentarios con fernandoherreramartinez1956@gmail.com
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Por: Dr. Fernando A Herrera Martínez |
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