LA DEMENCIA
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Una palabra que despierta miedo, que utilizamos con cierto desprecio hacia otra gente, pero que nada tiene que ver con el significado coloquial que le hemos dado históricamente.
Las lesiones cerebrales son muy difíciles de sobrellevar. Nuestro cerebro es un misterio, vasto, complejo, ahí se asientan nuestras emociones, pensamientos, personalidad, etc.
Una lesión cerebral puede ocasionar cambios radicales en la conducta de una persona, disminuir su capacidad de razonar, su motricidad, cambios emocionales. Estos cambios en la química de nuestro cerebro, generalmente son graduales, incluso puede cambiar la estructura del cerebro por los llamados micro infartos que van apagando, cual lucecitas, una parte del mismo.
El comportamiento de una persona puede ser increíble, recuerde que el cerebro tiene miles de millones de neuronas, por lo que pensar, hablar, soñar, caminar, escuchar, y muchas más, se realizan mediante la intercomunicación de éstas neuronas o células cerebrales.
Hace tiempo que en la familia tuvimos la pérdida de un hermano, por cáncer, pero, independientemente de ello, los efectos colaterales en la familia a quien más afectaron, por supuesto, fue a nuestra madre. Los tres años y medio de cuidarlo fueron desgaste emocional, físico, etc. Se hizo con amor, más por ella que por cualquiera de sus demás familiares, desde luego, era su madre. Sin embargo, mamá cayó en depresión, luego le sobrevinieron una serie múltiple de micro infartos cerebrales que ahora la han llevado a una situación difícil y complicada.
Los cuidados que requiere son de tiempo completo, de paciencia y de entender claramente lo que significa una situación donde la mente de una persona sufre trastorno que le impide realizar su vida en forma normal.
Mamá nos conoce, platica con nosotros, recuerda si fui en la mañana o ayer, quiere comer, aunque requiera ayuda para ello, le gusta oír música, ya no puede tejer, aunque a veces pinta algo en su cuaderno de ejercicios, su vocecita ha disminuido en tono, de aquella voz fuerte, a veces impositiva, ahora hay apenas un hilito de aquella fuerza pero suficiente para comunicarse claramente, aunque sea despacio. La televisión no le atrae, pero nunca está sola, siempre hay alguien con ella; la ronda de hermanos, nueras y nietos se cumple a cabalidad, según acuerdos entre nosotros.
Estas enfermedades son irreversibles, pero la cuestión física de mamá está bien, sólo es la cuestión en comento, pero hay a su lado un buen número de guerreros y guerreras para cuidarla el tiempo que sea necesario. Eso lo decidirá Dios.
Echándole ganas doña Irene.
fernandoherreramartinez1956@hotmail.com
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Por: Dr. Fernando A Herrera Martínez |
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