TANTA SENSIBILIDAD POR UNA FALDA
Por: J. M. Rentería
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Ya sabía que soy una mujer sensible, pero no sabía que tan sensible podía llegar a ser, hasta que me paso esto.
Emocionalmente hablando, he sufrido por que me rompieron el corazón, porque no me pude comprar algún vestidito mono que me encanto, porque me dejaron plantada, y hasta porque me hicieron bullying en 2° de secundaria,(digo, ahora que esta tan de moda no podía quedarme atrás) Bueno, pues cualquier concepto que hubiera tenido de ser sensible, lo vi como una cursilería el día que decidí experimentar con nuevos métodos para tener una piel sedosa y radiante, como diría el anuncio del producto que compre, “tenga una piel suave y tersa como pompis de bebe”.
Pues resulta que me decido a probar el dichoso producto, me aplico en la misión y hago todo lo mejor posible, extiendo todas mis chinchirinetas (diría mi abuela) en el baño, este casi parecía una sala de quirófano, con tanta herramienta y cosas extrañas que solo una mujer sabría como usarlas, pero todas eran necesaria para el proceso, pues ahí estoy yo, con mi producto nuevo, mi hoja de instrucciones y recomendaciones para antes y después de; inmensa por cierto, venia doblada por la mitad, y esa mitad en otra mitad y está en cuatro partes y de nuevo en mitad, sentía que estaba haciendo origami, más bien deshaciendo origami. Pues ya instalada y dispuesta a ir con todo por esa piel perfecta, comencé leyendo paso a paso el instructivo y siguiendo cada indicación, realice los pasos del 1 al 20 y quede blanca que digo blanca, blanquísima de la crema que tenía puesta en las piernas, imagínenme ahí esperando, sentada mirando el reloj y con las piernas abiertas, obviamente no podía estar esperando cruzada de piernas toda diva ella, iba a quedar disparejo mi depilado, después iba a parecer depilado mohicano, o como quedan los hombres cuando los rapan en las novatadas; pues estaba esperando ahí que pasara el tiempo indicado, después de los 15 minutos reglamentarios retire el producto y vuala! Efectivamente tenía una piel de bebe. Yo me sentía feliz, pues pasaba mi mano y parecía que tocaba la pompi de un bebe tal como me lo había prometido.
Ya emocionada por el resultado pues me fui a mi armario (donde como buena mujer, nunca tengo nada que ponerme) y escogí una minifalda para presumir más mis piernas, que digo piernas, piernotas, súper suaves y tersas, pero no pasaron 15 minutos y oh sorpresa! mi piel estaba irritada y con pequeñas ampollas y ahí fue cuando descubrí lo sensible que puedo llegar a ser, en verdad, no es exageración, pero me dolía tanto, tanto, tanto, casi como la canción famosa de OV7, que ya no podía más, hasta una lagrima comenzó a rodar por mi mejilla, literalmente.
Lo que me quedo de esta experiencia, además de piernas como pompis de bebe, pero bebe rosado fue, una irritación mayúscula y unas piernas llenas de tomate, ah porque eso es recomendable, les paso el tip para quien haga la misma burrada que yo, pónganse jugo del tomate fresco en el área afectada, les decía que lo que aprendí es que debo hacerme una prueba en un área pequeña para ver si tolero los menjurjes que me voy a poner, eso venia en el origami de instrucciones en la parte que no termine de leer, y otra cosa buena es que solo me depile las piernas no quiero imaginarme si hubiera decidido ir más allá…
Por: EDDA
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