JAPÓN: LIBERTAD ECONÓMICA PARA LA PROSPERIDAD
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Profundizar aún más el libre mercado en Japón haría de ese país una estrella en el firmamento, liberaría el desempeño y la creatividad de toda su población, y le llevaría a una nueva era de crecimiento y prosperidad.
Siguiendo esa dirección, el primer ministro Shinzo Abe ha comenzado una serie de reformas económicas para hacer de Japón un país más competitivo y volver a ganar el liderazgo. Es lo que se conoce como “Abenomics” (Abenomikusu), parte del legado político de Shinzo Abe, quien ya se convirtió en el primer ministro más antiguo en la historia moderna de Japón hace unos meses, resultante del gobierno que surgió de las elecciones legislativas de diciembre de 2012, y cuyo mandato expira en 2021.
Bajo el liderazgo de Abe, Japón ha trabajado en una reforma regulatoria para lanzar más empresas y, concomitantemente, abrir el mercado laboral al trabajo femenino, ganando así mayor competitividad: Hoy Japón tiene un índice general de participación femenina en la fuerza laboral más alto que EEUU. También tiene un número mayor de trabajadores y un menor número de desempleados (en niveles de mínimo histórico), respecto a los niveles anteriores a las reformas, junto con un mayor crecimiento económico: Más del 70% de esa nueva fuerza laboral proviene de las nuevas empresas que se han creado al impulso de las reformas. También observemos que por primera vez el mercado laboral japonés se empieza a abrir trabajadores extranjeros, lo cual ha traído importantes cambios sociológicos en Japón, un país que tradicionalmente ha sido muy homogéneo.
Del mismo modo y bajo el impulso de tales reformas, Japón busca integrarse a los mercados mundiales. Así, acaba de celebrar un acuerdo de libre comercio con la Unión Europea, firmó un miniacuerdo comercial con EEUU y está listo para suscribir otro con el Reino Unido del post Brexit, además de continuar con el esfuerzo de instaurar la Alianza del Pacífico.
Como resultado de las reformas, en unos meses, cuando Japón realice los Juegos Olímpicos del 2020 (probablemente en 2021, después de la pandemia), el mundo desarrollado estará observando a Japón con una mezcla de admiración y simpatía por los buenos resultados económicos: Abe convirtió a una nación en ruinas económicas por las "décadas pérdidas" posteriores a 1990, en un bastión de estabilidad. Aunque aún hay fuertes asignaturas pendientes, como la elevadísima deuda, si bien su nivel se ha estabilizado con Abe. También es importante reducir la alta fiscalidad y el estado de bienestar.
¿Cómo se ha traducido esto en términos de libertad económica? Veamos pues el reconocido ranking de libertad económica del Instituto Fraser, el mejor instrumento que existe para medir este rubro. En él, Japón se encuentra en un buen lugar 17 de 162 países analizados, con una nota de 7.86 sobre 10 (donde recordemos: 0 es el menor nivel de libertad económica y 10 el mayor nivel posible).
En el primer componente del Índice, Tamaño del gobierno, el puntaje es de 5.73/10, uno de sus puntajes con país más bajos. La razón es el alto consumo del gobierno y los altos subsidios como porcentaje del PIB. Aunque en las empresas estatales ha habido una disminución en su rol. En el Impuesto sobre la renta personal ha habido una mejora: en 1990 la tasa máxima del ISR personal llegaba al 65 por ciento; hoy está en el 56 por ciento, menor, aunque ciertamente sigue siendo alto. En este componente Japón requiere cambios: es necesario reducir los impuestos y el gasto de gobierno. Japón debe dejar atrás las políticas keynesianas, aún florecientes y abultadas, y comprometerse más con el libre mercado.
En el segundo componente, Sistema legal y derechos de propiedad, el puntaje es de 7.62/10. En él, destaca la gran independencia judicial, la integridad de su sistema legal, la alta protección a los derechos de propiedad y la confiabilidad de la policía, entre otros elementos.
En el tercer componente, Moneda sana, Japón tiene un altísimo puntaje de 9.52/10 por su gran estabilidad monetaria, su baja inflación y la facilidad de tener cuentas en divisas extranjeras, lo que limita la intervención del gobierno sobre la propiedad de las personas.
En el cuarto componente del Índice del Fraser, Libertad de comercio internacional, Japón tiene un alto puntaje de 8.2/10. Al respecto, Japón ha mejorado en los últimos años en la reducción arancelaria: el arancel promedio es relativamente bajo, de 4 por ciento. Lo que reduce la nota es la variación de aranceles, ya que para algunos productos los aranceles son más altos. Destaca también que Japón ha tenido una mayor apertura a la inversión extranjera. Finalmente, Japón ha reducido los controles de capitales. Por estas razones, el país nipón hoy en día en una nación más abierta al libre comercio.
En el quinto componente, Regulaciones crediticias, laborales y empresariales, Japón tiene un puntaje de 8.25/10. Así, en cuanto al primer subcomponente, regulaciones crediticias, una de las mejoras que se han introducido es la privatización de los bancos, ya que hoy en día la mayoría de los depósitos están en bancos privados, aunque todavía hay importantes bancos estatales. En cuanto a regulaciones laborales, Japón tiene la flexiguridad, que permite renovar los contratos temporales sin mucho problema. Del mismo modo, los contratos colectivos se hacen en su mayoría a nivel empresa; no existen restricciones en el trabajo de fines de semana, días festivos o trabajo nocturno, y solo hay restricciones en cuanto a las horas extras trabajadas. Tampoco es costoso despedir a un trabajador redundante cuando la empresa se achica o la actividad decae. Y Japón no tiene un servicio militar obligatorio. En cuanto a regulaciones empresariales, por último, Japón tiene grandes facilidades para abrir empresas, y los emprendedores no tienen que pagar sobornos para acelerar los trámites. Allí, los costos burocráticos son muy bajos y las licencias para operar se obtienen en un tiempo perentorio.
Al igual que en todo el mundo, el desarrollo de Japón depende del aumento de la libertad económica para toda la población. Para lograr esta meta, es menester que las oportunidades para participar en actividades económicas estén abiertas para todos. Si bien Japón ha avanzado con el Abenomics, creando un mejor marco regulatorio, es menester hacer los cambios que se requieren para tener mayor competitividad y aumentar el nivel de vida de la población. En tal sentido, es menester reducir el Estado sobredimensionado, el alto gasto público y la fiscalidad tan elevada. Es también importante que Japón busque nuevos acuerdos comerciales que fomenten más libertad de comercio, permitiéndole al país insertarse en las cadenas de valor mundiales, así como alcanzar una mayor competencia bancaria, por último.
Si el gobierno de Shinzo Abe logra avanzar en estas acciones, que suponen un enorme trabajo, por los intereses creados y la comodidad del Estado de bienestar, Japón podría recobrar el liderazgo económico, del cual hoy por hoy está lejos, abriendo la posibilidad de mayor prosperidad y libertad para la sociedad japonesa.
Fuente: independent.typepad.com
manuelgandaras@hotmail.com
JA
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Por: Dr. Fernando A Herrera Martínez |
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