¿DÓNDE TUERCE LA PUERCA EL RABO? Por: Mario Hermosillo Sánchez.
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Aunque afortunadamente el encono entre los partidos políticos e incluso entre los que buscan ser candidatos independientes a las diferentes posiciones que estarán en juego el próximo primero de julio y que van desde presidente de la república hasta regidores en cientos de municipios de los más de dos mil constituidos en el país, no han logrado contaminar aún plenamente al grueso de la población, sí está en riesgo la estabilidad social porque el tono de los enfrentamientos, principalmente entre los que buscan ser candidatos presidenciables, está subiendo peligrosamente.
Y es que dentro de la incipiente democracia que insiste en no despegar en México, si bien es cierto que con la búsqueda de conjuntar las elecciones de todos los niveles, presidente de la república, senadores y diputados en el ámbito federal y gobernadores, diputados, presidentes municipales, síndicos y regidores en las entidades federativas en un solo proceso podrá tener sus ventajas y beneficios, lo es también que prácticamente se conforma una bomba molotov donde prevalece el interés de la consecución del poder que el servir verdaderamente a la sociedad, a la comunidad en general.
Pero aparte de los intereses que están en juego y que es el poder político y por consecuencia lograr el económico, están los mismos enconos, con razón o sin razón, creados por las propias campañas electorales presentes y anteriores, como está el caso concreto de Chihuahua, donde la inducción, con razón o sin razón, porque aún no hay un juicio, contra el exgobernador César Duarte ha provocado un resultado negativo en contra del PRI, desde la pasada elección del 2016 y aún en el desarrollo del presente proceso electoral que difícilmente culminará con la elección del próximo 1 de julio.
Y sin duda son los mismos partidos son los que fomentan los enconos y la autodestrucción, porque siguiendo con el caso Chihuahua, si bien es cierto que el exgobernador César Duarte no ha sido juzgado, nada impide, como lo solicitó el candidato a senador del mismo PRI, José Reyes Baeza Terrazas, que cuando menos se suspendan sus derechos político partidistas ante las presuntas evidencias exhibidas por propios y extraños.
Pero aquí es donde tuerce la puerca el rabo, porque hasta por la misma supervivencia del partido, desde hace tiempo las dirigencias priistas, nacionales y locales, por la salud misma del instituto político debería haberle suspendido los derechos político partidistas al ex gobernador de Chihuahua César Duarte y regresárselos si después de un juicio demuestra su inocencia de lo que se le acusa, porque de otra manera el que calla otorga, es cómplice o cuando menos justifica a costa de la institución política.
Fuente: manuelgandaras@hotmail.com
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Por: Dr. Fernando A Herrera Martínez |
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