SEÑALES DE COINCIDENCIA DE IDEOLOGIA TRUMP, DENTRO DEL GABINETE CORRAL.
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POR: MIGUEL A. CERVANTES G.
La campaña de D. Trump a la presidencia se caracterizó por declaraciones con fuerte carga emocional, contra indocumentados acusándolos de exportar delincuencia a EEUU. La realidad es otra, la tasa de criminalidad en los indocumentados es baja. Se explica por varias razones, los indocumentados tienen motivos suficientes para tener buen comportamiento, están condicionados a que, si cometen un delito, los atrapan y deportan. Otra razón que explica, es la autoselección, los indocumentados son personas que les interesa trabajar, eso es el incentivo para dejar la familia, tienen una cultura fuerte de lo que significa trabajar, prefieren ir a buscar una mejor vida antes que delinquir.
Los indocumentados existen, por las barreras a la movilidad de personas entre países no hay otra forma legal de inmigrar para trabajar, no porque la gente quiera ser ilegal. Desde que se terminó el programa bracero en 1965 obtener visas de trabajo para empleos que no requieren mucha capacitación es muy difícil.
No es deseo de las personas ser indocumentado, los indocumentados quisieran tener visas de trabajo y poder ir y venir entre los dos países.
Después de la toma de protesta Corral, hizo un llamado a los gobernadores fronterizos de México y EEUU para hacer un frente común contra el odio enfermizo de Trump. Corral y otros personajes tomados de las manos, formaron una valla humana en la frontera para mandar un mensaje contra el odio hacia los indocumentados.
Al mandar ese mensaje la administración Corral parecía reconocer la existencia del autoritarismo y leyes injustas, que atentan la dignidad humana. Si bien los indocumentados no tienen papeles, no es condición necesaria para vivir en desdicha, merecen respeto.
Acciones decididas, como estas perfilaban a Corral como líder regional, todo hacía indicar que la administración Corral sería un referente nacional que se distinguiría por practicar el humanismo, y por encabezar un debate sano.
El problema de autos de procedencia extranjera puso en relieve las debilidades de su gobierno, la confianza ciudadana se desplomo. El gobernador se dejó influenciar por personajes como Cesar Jauregui Robles, quien cree en un legalismo inhumano estilo Trump. Jauregui empezó una campaña de regresar a la legalidad, alentando decomisos de autos “pafas” dizque por seguridad, reciclando un discurso trasnochado desde hace más de 20 años.
Jauregui, aunque presume credenciales panistas, tiene la misma ideología del conservadurismo obsesivo del PRI, la cual es contraria a la filosofía humanista del panismo. Algo que tanto combatió Carlos Castillo Peraza. Jauregui se guía por el utilitarismo siguiendo el pensamiento anacrónico de Maquiavélico, “el fin justifica los medios”, se disfraza de panista iluminado.
Hay una analogía entre los mandatos de Jauregui de regresar a la legalidad y los arrebatos de Trump en el caso de indocumentados. Lo mismo sucede con los propietarios de autos de procedencias extranjera, no es su deseo ser “pafas”, ni son bandidos, ni contrabandistas, quisieran que su auto fuera nacional para poder circular por todo el país sin problemas, sin ser detenido por agentes de tránsito o policías federales, ni estatales prepotentes que los extorsionan. Son “pafas” por las barreras al comercio por encargo de la AMDA.
Las leyes no deben ser arbitrarias deben ser congruentes con las tradiciones que ha fomentado una sociedad abierta, tan libre como sea posible las acciones discrecionales por parte de los gobiernos. Deben dejarse de lado, demostraron ser recaudatorias e intimidatorias, eran antagónicas al interés general. Se imponían ante la presión que ejerce la AMDA sobre el gobierno federal.
Jauregui trata de confundir a la población diciendo que si no se confiscan autos de procedencia extranjera se perderán participaciones federales. ¿Desde cuando las participaciones federales dependen de la discrecionalidad?
Cuando las leyes son justas crean cohesión social porque permiten vivir en una sana convivencia. Cuando son injustas crean un ambiente de tensión social, al obligar a la población acatar las medidas autoritarias por encargo de grupos facciosos, que claramente los pobladores no están de acuerdo, no están convencidos de ellas ni las apoyaran.
Generan disonancia con las autoridades, las obedecen solo para evitar penas, y castigos característicos de sujetos con personalidad jerárquica, que usan el poder para alcanzar objetivos personales. Luego acusan a las personas de ser irresponsables de no acatar la ley y que deben ser sometidas bajo amenazas y coerción al orden.
Desconocen que el orden es producto de una sana convivencia aceptada entre la población que le permite vivir en libertad, no impuesta desde la autoridad por encargo de grupos facciosos. Lo que dice Jauregui de regresar a la legalidad, es una postura hipócrita, lo que no aclara es a ¿la legalidad de quién? Si lo que quiere es que los ciudadanos se ajusten a las reglas de grupos que ven amenazados sus intereses, está equivocado el gobierno debe gobernar para todos y no para un grupo en particular.
Es decir Jauregui propone que una ley debe ser cumplida solo porque es ley, aunque el espíritu de esa regla, vaya contra el interés general, es una muestra de autoritarismo, de miopía por las penurias de la población. Este argumento es omnipresente en los debates sobre los autos de procedencia extranjera. Cuando las leyes son injustas, se deben adecuar al entorno social que prevalece, en lugar de seguirlas ciegamente sin importar las consecuencias.
Las autoridades han caído en una guerra de declaraciones, todas señalan al ciudadano como culpable de la situación de violencia. Mientras Alejandra de la Vega acusa a los propietarios de vehículos chuecos de “no querer mostrar el rostro”. El resultado es un panorama de incertidumbre muestran señales de desconcierto exhiben que la autoridad esta enredada, confundida, y no encuentra el rumbo.
Reza el refrán popular “El hilo siempre se rompe por lo más delgado” El gobernador influenciado por este equipo de asesores con percepción equivocada del problema toma una solución fácil cayendo en la inercia, en una actitud de cerrazón de querer “regresar a la legalidad”, afectando a la población pareciera que en el gabinete se empotro el pensamiento de Trump. Es una incongruencia juzgar a Trump cuando el mismo secretario Jauregui, es víctima de lo que critica al hacer lo mismo que él.
Llama la atención la actitud pasiva del congreso local, que no fija una postura hacia el problema, no asume su responsabilidad de salir en defensa de sus representados. No reaccionan ante el problema, no legislan para cambiar leyes injustas y adecuarlas a las circunstancias que demanda la sociedad civil. Viven un agotamiento legislativo, un marasmo que da la sensación que viven en una torre de cristal.
Como exigir respeto a la dignidad de los mexicanos en EEUU si se insinúa que los propietarios de vehículos de procedencia extranjera son delincuentes. Es una falta de oficio político, y de diplomacia. Jauregui actúa como bisoño, ante tan importante cargo, dando palos de ciego. Jauregui no se entera del mensaje equivocado que está enviando al exterior.
Fuente: manuelgandaras@hotmail.com
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Por: Dr. Fernando A Herrera Martínez |
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