LOS POLITICOS MEXICANOS; OBEDIENCIA Y SUBORDINACIÓN A LA AMDA.
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MIGUEL ÁNGEL CERVANTES G.
Los legisladores mexicanos y algunas instituciones del país, desde la firma del TLCAN, han mantenido una actitud pusilánime, ante grupos que imponen sus intereses al pueblo de México. Hace sospechar se encuentran en contubernio, toleran comportamientos contrarios al espíritu republicano, es preocupante su manera de actuar en este momento cuando hay fuerte presión sobre el tratado para someterlo a revisión por autoridades estadounidenses argumentando que solo beneficia a México, sin embargo el beneficio es aparente. El pueblo mexicano es el que menos se ha beneficiado, los que en realidad han sacado raja son estos grupos que se enquistaron en el poder para protegerse y disfrutar de las bondades del acuerdo. Burlándose de tantas familias que a diario se esfuerzan por crear un patrimonio. Las autoridades actúan bajo temor, defendiendo intereses de una caterva de hombres que lo único que hacen es buscar el beneficio personal, contrario a lo que fueron electos. La felicidad y la libertad de las familias se encuentran comprometidas por este grupo cercano al círculo del poder protegido, por el manto de impunidad.
Lo que hace el SAT y Hacienda con respecto a los decomisos de autos de procedencia extranjera no es solo es humillante, equivale a criminalizar el ser pobre. Un verdadero acto de terror decomisarlos sin tener una base ética, económica y epistemológica. El SAT y Hacienda lo hacen por encargo, por el cabildeo de la asociación de los distribuidores de Autos (AMDA).
Mientras las familias sufren de hostigamiento, y son aporreados, las autoridades confundidas por una campaña mediática orquestada por ellos, no aciertan a actuar, dan palos de ciego, no hacen más que declaraciones y promesas; reacciones tibias, muestran miedo, y peor aún, sumisión a la AMDA. La clase política se paraliza y en complacencia comparte sus opiniones. Salvo honrosas excepciones, de políticos valerosos que han tenido agallas de poner en tela de juicio las mentiras divulgadas por la AMDA como, la diputada Eloísa Talavera, o el ex Senador Jeffrey Max Jones.
Todo esto ocurre, mientras los políticos y altos funcionarios, derraman hipocresía sobre el pueblo. A diario se les ve conducir autos importados de agencia, mientras debaten si sería bueno permitir la libre importación de autos de procedencia extranjera para los ciudadanos mexicanos de ingreso medio y bajos recursos, como una concesión graciosa. Algo inmoral que tomen tanto tiempo para debatir las bondades para la población y la manera como le afectaría a su grupo, un cálculo perverso que debilita las libertades. Olvidan las estadísticas del INEGI que asegura que la mitad de los vehículos que venden las agencias son importados.
La clase política guarda distancia y disimulo, no quiere entrarle por mantenerse en su zona de confort, no quieren incomodar a los distribuidores de autos, hay que recordar que la cobardía no es prudencia. Se ha vuelto políticamente incorrecto, poner en tela de juicio los mitos de la AMDA. Ha tomado rasgos de fanatismo religioso cualquier persona que critica este problema se le humilla sin verificar datos. Se nota la frivolidad, no se debate con estadísticas, datos económicos duros. Es una situación de post-modernismo donde los símbolos, los relatos, los discursos, los metalenguajes son más importantes que la realidad objetiva. Con que la AMDA diga que el país se va a llenar de chatarra y que va dañar la industria nacional es suficiente para fascinar a la clase política, y provocar una parálisis total. Nunca se ha discutido con seriedad, no se aprovecha la posición que juega México en el mundo.
Las exportaciones de autos, el hecho que el país es el cuarto exportador de autos, y primero en tráileres y autopartes no tiene ninguna importancia, la realidad objetiva es remplazada por los discursos de la AMDA. La exportación de auto-partes sigue creciendo, recientemente el gobernador Corral fue a China a atraer inversiones, una nueva empresa que fabricara autopartes para la industria automotriz.
Sin embargo, no vemos firmeza en la defensa de los mexicanos de bajo ingreso; no vemos dignidad en el trato clasista y prepotente que da la AMDA a los más pobres; ordenando a Hacienda a decomisar autos de procedencia extranjera de los mas pobres. No hay estrategias eficaces para solucionar este problema añejo; no vemos altura ni inteligencia en los responsables de atender este problema.
Porque para enfrentar los embates de esta agresión de la AMDA en contra de ciudadanos mexicanos se necesita rigor de la ciencia económica, ético, epistemológico, no aprendices donde hace falta verdaderos maestros del arte de la económica, y sensibilidad ética, y humana.
La AMDA tiene años amenazando el país se va llenar de chatarra, se va dañar la industria nacional. Para AMDA los vehículos de procedencia extranjera son chatarra, lo cual es un error conceptual grave y es incorrecto. La AMDA busca decomisos a pesar que es un acto de prepotencia contra los más pobres, sin miramiento alguno, sin ningún respeto a su dignidad, sin tomar en cuenta sus derechos de propiedad.
Lo que hace la AMDA de exigir al SAT y Hacienda de decomisar los vehículos de procedencia extranjera, no es solo la aplicación de un legalismo inhumano, sino un verdadero acto de terror.
Nuestro Gobierno continúa explicando a base de discursos sobre respetar el estado de derecho, mientras hay abusos contra los más pobres, la falta de respecto a los derechos de propiedad de los más pobres y la obscena corrupción con la que la AMDA les ordena al SAT y Hacienda mano dura contra los propietarios de autos de procedencia extranjera.
Nuestros hermanos no tienen quién los defienda ni a quién acudir; están huérfanos y no saben qué hacer, pues no confían en un gobierno que es el causante de sus problemas, ya que el gobierno ha creado barreras al comercio de autos de procedencia extranjera, para satisfacer la avaricia de la AMDA. Los ciudadanos mexicanos se han dado cuenta que a la clase política no le interesa su suerte.
El Papa Francisco ha hecho varios pronunciamientos, manifestando su preocupación por los más pobres. Se requiere un esfuerzo nacional de dar la importancia a la dignidad humana, a los derechos de propiedad de los más pobres, a la igualdad delante de la ley. Una nueva ola de humanismo, una renovación moral que ponga un freno a la cultura egoísta, clasista, y prepotente de la AMDA. Se requiere una solidaridad que ponga freno a la ignorancia económica, al postmodernismo, relativismo moral y nihilismo de la AMDA.
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Por: Dr. Fernando A Herrera Martínez |
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