CARTA DE UN PADRE DE UNA ALUMNA DE LA NORMAL RURAL DE SAUCILLO.
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Señor Gándara, me permito escribirle estas líneas, porque soy un padre de familia, de las alumnas que logro pasar el curso de inducción en la normal de saucillo,
me dan ganas de llorar o reír, pero mejor reiré, después de entregar a mi hija el día martes 12 de agosto, del 2014, ella se esforzó en aprobar el examen practicado en esa institución llamada la salvajada normal de saucillo, con toda actitud, mi hija se presentó, la bienvenida fue muy grata comenta mi hija que el primer día, les asignaron sus lugares, dormitorios, de una manera súper amable, fue ese mismo día cuando a las 3 de la mañana llegan unas alumnas de grados superiores a levantarlas. Revisar maletas, y tirar todos los accesorios, como, bloqueadores, repelentes, dulces, etc., fue el acto de prepotencia que hasta teléfonos, les quitaron, humillándolas que si no querían habría gente dispuesta a sustituirlas. Pues lógico estadísticas presentadas fueron más de 1000 aspirantes. las amenazas eran a diario, lo que más me duele y me puede que como esa institución permite esa clase de bajezas, porque comenta mi hija que cuando veían algún maestro de esa institución todo bien, solo de noche pasaba eso, creo que quieren practicar una educación comunista, llamadas guerrilleras, hoy veo las manos de mi hija y si para ser maestra se necesita esas clases de bajezas, en qué mundo vivimos si lo único que en esa institución, aprenden es violencia, vivimos en un mundo falto de valores, da lástima, que allá quien permita esas barbaries, estoy a favor de una educación humanista a base de valores, no una educación pragmática llena de esquemas, los paradigmas son para romperse, no seguir igual, lo que más me da coraje que apoco las institución no se dará cuenta que de 120 alumnas que iniciaron y con merecimientos ganaron su lugar, desertaron 50, Pitágoras no miente, donde está el trabajo de los docentes, donde, o seremos siempre los mismos, ¿se imagina a ese tipo de personas en el poder?.
me limito a estas líneas porque tengo muchas que escribirle da lástima nuestras instituciones, la indiferencia es un valor que destruye nuestras instituciones. Seguimos en contacto.
Por razones obvias no público el nombre del padre, pero tengo su nombre en mi archivo.
¡Aquí la traigo, y traigo más!
manuelgandaras@hotmail.com
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Por: Dr. Fernando A Herrera Martínez |
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